viernes, 3 de octubre de 2008

LAS DROGAS Y EL ROCK


Inevitablemente derivaremos a conclusiones equivocadas si olvidamos que la guerra declarada contra el consumo de droga por parte del gobierno de los Estados Unidos en 1982, no fue más que una descomunal mentira.


Imposible sostener que esa guerra fracasó porque sencillamente su objetivo no era solucionar el problema, sino más bien exacerbarlo. Entre otras cosas también sirvió para ensanchar los presupuestos asignados a los aparatos represivos. Criminalizó a la población en general. Pero el trasiego de estupefacientes no sólo es un negocio redituable, sirve también para desorbitar la psique del individuo y desmoralizar a la sociedad en su conjunto. Una de las aristas macabras de la problemática de la droga es su ataque despiadado a los jóvenes, terriblemente vulnerables pues se encuentran en el tránsito hacia la consolidación de un carácter.



Sobre todo no debemos perder de vista que la adicción no brota de la nada y que tampoco es consubstancial a la estructura social. En los grandes medios de comunicación masiva, de manera soterrada se propagan apologías al consumo de enervantes. Disfrazados de escándalos, se privilegia publicitariamente a cantantes y actores de la farándula electrónica que se ven envueltos en problemas de consumo de estupefacientes.

Un integrante de los Rolling declaró que nunca tuvo problemas con la droga, pero sí los tuvo con la policía; por supuesto la estrella del rock omitió el beneficio publicitario de la acción judicial. En una mente madura estos desplantes no producen nada, pero en una mente juvenil mal orientada tienen estas actitudes una repercusión honda y nociva. Salvo por estricta prescripción clínica para abatir dolores extremos, la droga sólo sirve para escalar paraísos artificiales, henchidos de puerilidad. Todo mundo sabe que la combustión de cáñamo indio hace brotar en el consumidor un sentido del humor estólido.

Algunos clásicos cinematográficos de Hollywood enlazan en una sólo personaje valores positivos como el de la valentía, con actitudes negativas como la adicción. Recordemos s Pacino en Cara cortada . Más que historias verídicas, se tratan de verdaderos promocionales. A los Beatles y a los Rollin se les debe hacer descender de su altar para identificarles el grado de responsabilidad que tienen en el colapso social propiciado por el consumo de enervantes.

Roberto Ramos Trujillo.