jueves, 25 de septiembre de 2008

VÁMONOS PONIENDO FÚNEBRES



CAFÉ LA TREGUA PRESENTA EL ESPECTÁCULO

VÁMONOS PONIENDO FÚNEBRES

PRESENTACION Y LECTURA DE POEMAS A CARGO DE SU AUTOR, EL POETA

ULISES PANIAGUA

31 DE OCTUBRE, 19:00 HORAS

ENTRADA LIBRE

Al final de la lectura, se convoca a los invitados y a la comunidad en general a leer sus calaveras literarias

ULISES PANIAGUA (México D.F. 1976).


Narrador, guionista, dramaturgo y poeta. Ha publicado, en colectivo, cuatro libros de cuento (Cuentos dispersos, Nuevo cuentario, El silencio se mudó al armario y Cuentos húmedos), todos ellos bajo el sello editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Su obra ha sido publicada en diversas revistas y diarios, entre ellos Opción (ITAM), Salamandra, La pluma del ganso, El Sol de México; así como en la revista electrónica Letralia, tierra de letras (Venezuela). También ha sido difundido en Cuba y República Dominica.

En el 2008 recibió una mención honorífica por su cuento La Colección, en el Concurso Nacional de Cuento Criaturas de la Noche, del Instituto Coahuilense de Cultura.

Compartimos con ustedes un fragmento

de la obra del poeta Ulises Paniagua:


Que ninguno se salva de tus labios,

bien lo sabes,

que nadie del otero se refugia,

suicida Santa.

Que el gusano teje olvido carne a carne,

hueso a hueso,

al amparo de los cánceres y el SIDA.

Que no se rechaza invitación al aposento,

al festín de tierra entre los dientes,

a la celebración del polvo y de la mosca

bien lo sabes, perversa,

terroncito de azúcar;

bien lo dicta tu desdén, tu empeño.

Dime entonces, sin fingimiento:

¿ tu expiación, cuándo se llega?

¿ cuándo tu lápida se yergue?

Nada para siempre queda, hermana,

ni tu ni nada para siempre.

II.

¿Para qué tanto escándalo de horas,

tanto cuesta arriba y cuesta abajo,

tanta verbena de mercado

y tanto andar nervioso de una hormiga?

Para qué tantos besos

de Judas y Caìnes, y este seguir hollando mundo;

la deslealtad del hombre caza-hombres,

¿para qué entonces el llanto de la ciencia?

Al final, lejos, muy después del camino

sólo dos misterios nos esperan.

Y ellos no entienden de retórica.

Ellos no comen de pretextos.