Esta noche he leído una triste noticia: Los primates de México se han reducido 80 por ciento en los últimos 28 años. Están en riesgo de desaparecer casi el 70% de las especies de monos nativos de México, este dato lo dio a conocer el Laboratorio de Primatología del Instituto de Biología de
Es evidente que ésto es una de las muchas consecuencias que ha dejado la tala inmoderada de las selvas, la no planificación de la industria, la agricultura, la construcción de hidroeléctricas, de carreteras, la destrucción de zonas para dedicarlas a la extracción de petróleo sin buscar el equilibrio ambiental. Con estas acciones destruyen el hogar de monos y los dejan sin alimento, y aunque aún hay refugio para ellos en los estados de Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Chiapas, Campeche y Yucatán, nadie asume la responsabilidad de frenar estos actos de violencia contra los animales y su entorno.
Por otra parte, pareciera que quienes trafican ilegalmente con estos animales, gozan de total impunidad pues la cacería furtiva de las crías y su venta en el mercado Sonora de
No es un problema exclusivo de México el riesgo de extinción de diversas especies, ya que por ejemplo en países como Vietnam y Camboya, ya ha desparecido el 90 por ciento de los monos, del Lemur de bambú, sólo existen 140 individuos en Madagascar y según datos de
Es urgente detener estos actos agresivos contra los animales, no podemos permitir que continúe la destrucción del hábitat; la irracionalidad del capitalismo global sólo conduce a la destrucción del medio ambiente en su afán de consolidar sus intereses de "mercado", su poderío y acumulación incesante de ganancias. Por otra parte, la actividad criminal del mercado negro de animales no va a desaparecer en tanto no existan opciones para resolver la pobreza extrema que este sistema económico ha sumergido a la población; para muchos la única manera de obtener un poco de dinero es la caza furtiva, lo cual es aprovechado por traficantes sin escrúpulos que comercian con los animales de manera ilegal. Es indignante, es muy triste saber que de cada 10 monos que son atrapados, sólo dos llegan a manos de los compradores, ya que los otros 8 mueren en el camino y eso sin considerar que cuando los cazan, matan a las madres de las crías y otros monos del grupo que atacan a los cazadores para defender a los bebés.
La lucha por la preservación de las especies, del medio ambiente y de la propia existencia de los seres humanos en el planeta es una lucha que tiene que ir más allá de actividades de reforestación, de limpiar el aire, el agua o crear reservas ecológicas; la raiz del problema es que en el sistema capitalista la destrucción ambiental es sinónimo de progreso y desarrollo y no contempla la transición hacia un modelo energético socializado, planificado y eficaz, basado en la diversificación de las fuentes de energía y el predominio progresivo de las energías renovables, los bosques seguirán siendo destruidos mientras las grandes empresas continúen haciendo negocios fáciles con la tala inmoderada para obtener madera y materias primas diversas, los hielos de los casquetes polares seguirán disminuyendo porque no hay freno en las emisiones de contaminantes, de envenenamiento del mar por sustancias tóxicas, etc.
Miles de especies están extinguiéndose y millones de seres humanos están quedándose en la miseria porque sus medios naturales de subsistencia están siendo destruídos. Tener conciencia ecológica no es plantar arbolitos en un romántico y soleado día de verano, no es vestirse como un verde superhéroe con poses de actor holywoodense para defender el mundo... ¡es luchar por una sociedad más justa, más humana y capaz de establecer una relación armoniosa con la naturaleza por encima de intereses económicos que sólo benefician a unos cuantos!
Me ha conmovido profundamente la noticia que difundieron los científicos de la UNAM acerca de la drástica disminución de la población de monos en México; esto es sólo una pequeña parte del grave problema ambiental en el mundo y me parece aún más relevante escribir hoy sobre este tema, que hacer cualquier comentario sobre la magnificencia y fastuosidad de los juegos olímpicos en China.
Gracias,
Esther Alvarado