domingo, 7 de septiembre de 2008
EUGENIO CASTRO (MEXICO), MARK OLESKO Y SU EQUIPO DE TRABAJO, RECIBEN PREMIO EN E.U. POR EL CORTOMETRAJE "BURN"
Burn es un estupendo cortometraje en donde la calidad de la iluminación es un elemento fundamental, ya que la oscuridad del ambiente, el alto contraste de los tonos y la dureza de los ángulos de toma, crean la estructura estética de la obra.
Es sumamente interesante la manera en que los ruidos y la música interactúan con la iluminación haciendo implícito el acto discursivo y la propia identidad del personaje principal. Las tomas que se hacen del rostro del actor son tan bien pensadas, que desde la primera escena se nota la coherencia visual; es agradable que no existen los morbosos Big Close Up que tanto usa el cine
comercial para provocar reacciones preconcebidas; aquí las vistas del rostro son apenas la insinuación de una deformidad que sugiere el motivo de fondo de la historia.
He visto el cortometraje tal como si fuese cine mudo porque mi inglés es muy elemental y no alcanzo a comprender los diálogos del todo, pero no lo lamento porque así pude percibir con claridad muchos otros elementos que dentro del contexto, crearon en mí sensaciones de inquietud, tristeza, angustia, en algunos momentos cierta opresión y también una plena identificación con el personaje en aquellas escenas donde el trabajo es tan pesado y rutinario que se reflejan en la espalda del hombre al final de la labor.
La forma en que se aborda el tema es origianal, a mi manera de ver, es un pulcro y profundo tratamiento de un sociópata, en donde se develan poco a poco sus obsesiones, su aislamiento y sus íntimos goces. En algún momento, cuando sigue a la muchacha a la parada del autobús, creí que la siguiente escena sería el lugar común de cine holywoodense, pero ese giro sorpresivo de hurgar en la basura, luego llevar a casa el maniquí, es sencillamente genial porque devuelve al espectador la inquietud, la expectación por saber qué sucederá después.
Hay dos cosas que me gustan especialmente: La primera es que la historia da la oportunidad de pensar, reflexionar sobre el entorno, los motivos, y qué tan parecidos somos al protagonista en nuestro contexto urbano. La segunda es la brevedad, esa construcción de la elipsis visual.
Es tan escasa mi cultura cinematográfica que estoy impedida para expresar mi opinión usando los términos técnicos precisos, tal vez comentar este trabajo sin esos valiosos elementos sea un atrevimiento, pero mi larga experiencia en la fotografía profesional me hace sensible al lenguaje de la luz, al claroscuro y a la sombra que se reclinan y se yerguen ante el lente de la cámara en el instante de crear.
Felicito sinceramente a Eugenio Castro y todo su equipo de trabajo por el bien merecido premio que recibieron en Estados Unidos, seguramente continuarán creando buenas obras y vendrán muchos otros reconocimientos que significan un ejemplo a seguir y un orgullo para los mexicanos que apreciamos su trabajo. Ojalá que nos hagan llegar una versión doblada o subtitulada para difundirla.
Esther Alvarado