viernes, 4 de julio de 2008

EL CAFÉ



EL CAFÉ DEBE SER NEGRO COMO EL DEMONIO, CALIENTE COMO EL INFIERNO, SUAVE COMO EL AMOR Y PURO COMO UN ÁNGEL


(Talleyrand, político francés del siglo XVII
I)



El café

Nicómedes Santacruz, Perú


Tengo tu mismo color

y tu misma procedencia,

somos aroma y esencia

y amargo es nuestro sabor.

Tú viajaste a Nueva York

con visa en Bab-el-Mandeb,

yo mi trópico cruce

de Abisinia a las Antillas,

soy como Ustedes, semillas,

soy grano de café.

En los tiempos coloniales

tú me viste en la espesura

con mi liana en la cintura

y mis arbóreos timbales.

Compañero de mis males

yo mismos te trasplanté

surgiste y yo progresé:

en los mejores Hoteles

te dijeron ¡que bien hueles!

y yo asentí “ui, mesie”.

Tú de porcelana fina,

cigarro, puro y coñac;

yo de Smoking, yo de Frac,

yo percibiendo propina

tú a la bolsa, yo a la ruina,

tú subiste, yo bajé....

En los muelles te encontré

vi que te echaban al mar

y no lo pude evitar

ni a las aguas me arrojé.

Y conocimos al peón

con su “café carretero”

y hablando con el obrero

recorrimos la nación.

Se habló de revolución

entre sorbos de café ;

cogí el machete...Dudé,

¡tú me infundiste valor

y a sangre y fuego y sudor

mi libertad conquiste¡...

Después vimos al poeta:

lejano meditabundo

queriendo arreglar el mundo

con una sola cuarteta.

Yo convertido en peseta

hasta las plantas rodé:

¡Qué ojos los que iluminé,

que trilogía formamos

los pobres que limosneamos

el poeta y su café!...

Tengo tu mismo color

y tu misma procedencia

somos aroma y esencia

y amargo es nuestro sabor...

Vamos, hermano, valor

el café nos pide fe,

y Changó y Ochum y Ekué

piden un grito que vibre

por nuestra America libre,

libre como el café.



Estas interesantes aportaciones al Blog han sido proporcionadas por un experto en el tema del café y buen amigo de La Tregua, el Sr. Enrique Romero Hernández.