martes, 8 de julio de 2008

VALENTÍN GÓMEZ FARÍAS


Hace unos días, el 5 de julio para ser exactos, se cumplieron 150 años de la muerte de Valentín Gómez Farías. La figura, el nombre, la trayectoria, y sobre todo el legado de Gómez Farías no se ha perdido en el tiempo y no debemos permitir que esto suceda; él luchó por un proyecto de nación independiente, por la emancipación de nuestro país, enfrentó al poder de la iglesia y, junto con los Liberales, después de duras batallas, lograron un estado laico con la conciencia por un México liberal, democrático y nacionalista.

Valentín Gómez Farías no es solamente el nombre de una calle o el de la estampa que debe llevar el niño de primaria en su cuaderno. Es nuestra memoria histórica y herencia social.

Fue un criollo nacido en 1781 en Guadalajara, donde inició sus estudios, se tituló como médico y luego emigró hacia Aguascalientes, ahí formó el primer grupo de liberales junto con Francisco Primo de Verdad. En 1820 fue elegido Regidor del Ayuntamiento de Aguascalientes y poco después formó un batallón insurgente con voluntarios para luchar y combatir por la independencia. En el primer Congreso Constituyente fue elegido diputado por Aguascalientes, ahí conformó un grupo de diputados al que se le conoció como “Los Imparciales” que se pronunciaron en contra de la forma de gobernar del entonces Emperador de México: Agustín de Iturbide.

Vivió un tiempo en Zacatecas donde colaboró para promulgar una Ley sobre Educación Primaria Gratuita y luego, en 1833, cuando es electo por primera vez Antonio López de Santa Anna, Gómez Farías ocupó la Vicepresidencia. Tuvo grandes diferencias políticas e ideológicas con Santa Anna, sin embargo Gómez Farías llegó a ocupar el cargo de Presidente Interino debido a un permiso que pidió Sta. Anna para ausentarse del cargo. Aprovechó así la oportunidad de concretar sus ideas liberales y su afán de justicia, para lo cual llamó a trabajar con él a un grupo de precursores del liberalismo y se decretaron leyes de reforma muy importantes hasta hoy, entre las que destacan:

- Libertad de pensamiento y de expresión de las ideas

- Prohibición al Clero y al Ejército para intervenir en asuntos de política

- Destitución de los militares que hubiesen hecho pronunciamientos contra el gobierno civil

- Clausura de la Universidad Pontificia porque en sus claustros se ponían en práctica ideas contra el México independiente y en su lugar se propuso una Dirección de Instrucción Pública, la cual se encargaría de todos los asuntos relacionados con la educación de los mexicanos.

- Extender la educación con escuelas nocturnas y la creación de Escuelas Normales donde se formarían los maestros del pueblo

- Ley de Desamortización de los Bienes Eclesiásticos y terminar con las desigualdades sociales y económicas.

Ese mismo año 1933, hubo una epidemia de cólera en la Ciudad de México, no había suficientes hospitales y el Presidente Gómez Farías ordenó que los enfermos fueran alojados en Palacio Nacional, y fueron atendidos por el propio Presidente-Médico. Esto lo rechazaron y criticaron duramente aquéllos que acostumbraban discriminar a los criollos, pero para Gómez Farías no había castas ni clases sociales, luchaba por la igualdad y la justicia.

Pocos meses después Santa Anna regresó a ocupar la Presidencia, censuró y persiguió a los liberales por lo que Gómez Farías fue exiliado. En 1845, Estados Unidos hacía serias provocaciones para forzar una guerra de despojo contra México por lo que nuevamente intervino el Congreso y nombró otra vez a López de Santa Anna Presidente y a Gómez Farías Vicepresidente.

Más de la mitad del territorio de México nos fue arrancado por los Estados Unidos, se sucedieron varios gobiernos de 1847 a 1853 y al año siguiente se dio la revolución del Plan de Ayutla, encabezada por el general Juan Álvarez, que al triunfar destituyó a López de Santa Anna como Presidente.

En grupo de liberales que coincidían con las ideas de Valentín Gómez Farías y que lucharon en el Plan de Ayutla , destacaron Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, José María Mata entre muchos otros. Cuando se convocó a un nuevo Congreso Constituyente en 1855, todos ellos trabajaron en la elaboración de leyes más justas, y el 5 de febrero de 1857 en Querétaro, el presidente de la Cámara Valentín Gómez Farías, decretó una nueva Constitución. Pocos meses después falleció en la Ciudad de México.

El pensamiento y el espíritu de Gómez Farías están contenidos en la mayoría de los artículos de nuestra Constitución, son leyes que defienden el libre pensamiento y la libertad de expresarlo, el derecho a la educación a las clases más pobres y desprotegidas, quitó poder a la iglesia, y en general fue un hombre que junto a Benito Juárez y otros grandes luchadores sociales, nos heredaron libertades que hoy disfrutamos y que tenemos la obligación y la responsabilidad de defender.

Alguna vez Gómez Farías sentenció: “se me incriminará y mis intenciones, aunque sanas, se interpretarán maliciosamente; mas no importa, persíganme hasta la muerte, y después de ella, si se quisiera; este temor jamás me apartará de mi deber”.